Para conmemorar el Día del Niño, decidimos realizar un video con las niñas y niños de 5º de Infantil del CEIP Carlos Casares de Xinzo de Limia.
Queríamos que la temática fuese la diversidad cultural, ya que en este colegio estudian niños y niñas de diferentes culturas. Así que en colaboración con la ludoteca Ludo 3, decidimos que el video fuese una especie de cuento en el que los niños entendiesen que todos tenemos nuestra casa, pero todos también vivimos en una "casa" más grande que es el mundo...
Para ello antes de empezar a grabar, salimos con las niñas y niños al patio y les pedimos que hicieran un círculo.Les explicamos que debían de tumbarse en el suelo e imaginar que el cielo era el techo de esa casa enorme en la que todas y todos vivimos... un techo infinito.
A continuación, entramos de nuevo en el colegio y decidimos ir al aula de música, para escenificar allí nuestra historia.
Dividimos en grupos de 5 o 6 a los niños y niñas de las dos clases de 5º de Infantil, con que cuenta el centro. Cada grupo, debería de traspasar un muro, que representamos por medio de un mural de papel y detrás de él, encontrarían distintos mundos:
Comenzamos por China, la recreamos, sencillamente, con una alfombra en el suelo y un juego de té...
Colocamos también algún elemento decorativo representativo más y de fondo, sonaba un xilófono a modo de ambientación.
Colocamos a las niñas y niños, unos pañuelos a modo de "Kimono" .
Las niñas y niños, exploraron ese mundo, en el que colocamos espejos para que pudieran verse e interactuar con ellos.
Les encantó lo de tomar el té...
Al terminar, los niños y niñas debían despojarse de los pañuelos y dejarlos antes de salir en un rincón.
A continuación, le tocó el turno a la Polinesia. El nuevo grupo de niñas y niños debía de realizar el mismo itinerario que el anterior; les colocamos los mismos pañuelos a modo de pareo, y traspasaron el muro imaginario, para poder adentrarse en este nuevo ambiente, que recreamos con unos pañuelos y una sencilla bandeja con frutas.
Sustituyendo el xilófono por el sonido de un bongo.
Al finalizar, las niñas y niños debían depositar de nuevo el pañuelo en el suelo antes de irse.
Y así fueron sucediéndose, Galicia:
Y el desierto...
De nuevo los mismos pañuelos, pero esta vez como turbante, con los que las niñas y niños se sintieron auténticos "tuaregs",
Al terminar su recorrido por los distintos ambientes, las niñas y niños, tenían que depositar los pañuelos de nuevo y ya definitivamente. Simbolizando con ello, deshacerse de lo que les diferencia.
Así como romper ese muro imaginario, que los separa ..
Por último, aprovechando la cantidad de hojas caídas del Otoño que había en el patio, decidimos hacer un pasillo con ellas, por el que las niñas y niños anduviesen descalzos. Ya que nos parecía, sus pies desnudos simbolizaban perfectamente que más allá de nuestras diferencias, todos somos iguales.
Lo mejor, sin duda, fué cuándo expontáneamente, comenzaron a lanzarse unos a otros las hojas secas, en una autentica guerra campal, la única que queremos que conozcan, la de la alegría y el juego compartido, en la convivencia en un mundo diverso, y plural... la única ""guerra" que debería existir.
